Viajar en transporte público puede ser una tarea desalentadora para la mayoría de los viajeros. Al principio, nos preocupamos por llegar a tiempo a nuestro destino, ya sea para llegar a una reunión o a nuestro hogar. A medida que comienza el viaje, comenzamos a sentirnos menos preocupados por el destino y más por la experiencia misma.
Mientras viajamos en transporte público, nos damos cuenta de los pequeños detalles de la vida cotidiana que normalmente pasamos por alto cuando conducimos en nuestros coches. Observamos a todos los personajes que comparten el espacio. Algunos están en silencio, otros están charlando abiertamente y algunos simplemente curiosean. La mirada de todos los demás nos permite apreciar la belleza de la diversidad, algo que no siempre captamos cuando estamos en medio del tráfico automovilístico. También nos damos cuenta de la variedad de paisajes que se nos ofrecen. Podemos ver desde la vista panorámica de zonas residenciales y comerciales hasta las vistas de campos abiertos y montañas. El alboroto de la vida moderna se vuelve más tranquilizador cuando lo observamos a través de una ventana de transporte público.
Viajar en transporte público nos da la oportunidad de observar el mundo con ojos nuevos. Mientras viajamos, tenemos la oportunidad de examinar nuestras vidas desde una perspectiva diferente y apreciar el mundo que nos rodea de una manera que no se nos ocurriría normalmente, y esto podemos hacerlo con la meditación.
Meditar en el transporte público puede ser una experiencia calmante y liberadora, especialmente cuando se viaja solo. Si bien no hay una técnica única para meditar, hay varias formas en las que se puede obtener un beneficio meditando en el transporte público.
En primer lugar, es importante relajarse. La meditación se trata de estar centrado en el momento presente y puede ser fácil perderse en el monótono y rítmico sonido del transporte público. En lugar de hacer esto, enfoque sus pensamientos en la respiración. Respire profunda y luego lentamente exhalar. Repita este ciclo unas cuantas veces para relajarse.
Otra forma de meditar en el transporte público es centrarse en algo tangible. Tome un par de minutos para escuchar la conversación que se está llevando a cabo a su alrededor, observe los objetos que están a su alrededor o preste atención a la forma en que su cuerpo se siente. Esto le ayudará a mantenerse centrado en el presente.
Es importante recordar que la meditación no tiene que ser un proceso complicado. Intente relajar su mente y centrarse en el momento presente para obtener los beneficios de la meditación. Si se encuentra en un entorno ruidoso, como el transporte público, no deje que lo distraiga. Simplemente enfoque su atención en algo tangible para ayudarlo a relajarse. Practique esta técnica regularmente para obtener los beneficios de la meditación.