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La moda y el cine a través de los ojos de Jean Paul Gaultier

Jean Paul Gaultier. Peter Lindbergh.

“Mi amor a la moda se me despertó una tarde cuando descubrí Falbalas por televisión”. Así define Jean Paul Gaultier su encuentro casi místico con el arte de expresar lo que uno siente y cómo es a través del textil.

Esto es lo que ha hecho con la nueva exposición del Caixaforum de Madrid: Cine y moda por Jean Paul Gaultier.  En ella se revisa la presencia del mundo de la moda en el cine, las colaboraciones de grandes modistos en el vestuario de películas y la creación de los arquetipos masculinos y femeninos. El enfant terrible de la moda pone el acento en aspectos clave como el empoderamiento femenino y presta atención a figuras heterodoxas de guerreros y guerreras, andróginos y travestis, así como a la influencia de las culturas rock, punk y queer que tanto han marcado la moda en los últimos años.

Falbalas como punto de partida

Todo empieza en esta exposición, como empezó con Gaultier, con una novia bellísima proyectada en el centro de la sala. Falbalas es una oda al tul blanco y a los corsés. A la figura y silueta de la mujer. Marcado entonces por los corsés de su abuela, el estilista saca esta prenda del ámbito de la ropa interior y la coloca por fuera para convertirla en una de las piezas clave de su firma. Entre las piezas más destacadas encontramos el corsé que llevó Madonna en su gira Blond Ambition World Tour de 1990 diseñado por él mismo.

Gaultier deja claro desde el inicio que esta película fue un antes y un después en su carrera y que sin ella no se entiende nada de lo que hizo después. “Dejé que las imágenes almacenadas de esta película hicieran hacer una sensibilidad y acabaran por construir mi aprendizaje. Falbalas me dio a conocer la moda, hasta el punto de que fue mi primera escuela.

Arquetipos

 Y de su primera escuela al momento de los arquetipos. Los arquetipos femeninos y masculinos de la gran pantalla evolucionan sin cesar, de la cortesana a la supermujer, del machote al dandi, reflejando y, a veces adelantándose incluso a los roles de las mujeres y los hombres en la sociedad. La sala arquetipos nos introduce de lleno en los estudios de Hollywood y en la celebración más clásica de feminidad, de la moda sofisticada de la alta costura y de la sensualidad explosiva de actrices como Marilyn Monroe.

En el otro lado de la balanza, encontramos los héroes de la virilidad conquistadora, con cuerpos de escándalo, del deseo, de las camisetas si mangas, del erotismo y de la encarnación del hombre objeto para Jean Paul Gaultier. Fue él, además, uno de los primeros modistos en incluir elementos del vestuario femenino en la silueta masculina.

También se exhiben los trajes de Superman (que vistió Christopher Reeve); La máscara del Zorro (1998), con Antonio Banderas; o el short que llevó Sylvester Stallone en Rocky.

La celebración de lo diferente

 Las transgresiones es el momento de mayor esplendor creativo que viven el mundo de la moda y el cine hacia la década de los setenta. Los héroes travestidos y los icónicos marineros de Gaultier marcan un homoerotismo palpitante en todo el recorrido. La camiseta marinera de rayas se convierte en su prenda más icónica que será asociada a esa subversión y feminidad con la espalda al descubierto.

Icónica camiseta a rayas de Jean Paul Gaultier. Juan Carlos Recio.
El cine y la cultura española para Gaultier

 Durante la exposición podemos comprobar como de estrecha es la relación entre España y el modisto francés. Gaultier siempre destacó su atracción por la intensidad de la luz y por la fuerza del folklore tradicional. Las formas ajustadas de los vestidos, los volantes, el brillo de los trajes de luces, la suntuosidad de los colores, los bordados, la expresión corporal del flamenco, la música son elementos que se reflejan en muchas de sus creaciones.

Es muy destacable también su estrecha colaboración con Pedro Almodóvar y su participación como diseñador en algunas de sus películas como Kika o La piel que habito. El diseñador y el director tienen en común la cultura pop y alternativa, el exceso de colores, la calle como fuente de inspiración y la transexualidad, a la que ambos han dado visibilidad tanto en desfiles como en películas.

 

Pop y metal 

El futurismo fue un tema recurrente en los años sesenta en los que el metal juega un papel decisivo en estas películas de guerreros o con movimientos utópicos reflejados en películas como Blow-Up o La naranja mecánica. Lo cierto es que el desfile de Paco Rabanne de sus 12 diseños imposibles de vestir no deja indiferente a nadie en este recorrido en el que la experimentación con nuevas formas y materiales en colecciones prêt-à-porter futuristas estaban a la orden del día.

Exposición de Cine y Moda por Jean Paul Gaultier.
La conexión definitiva
Recreación de un desfile con diseños icónicos de la historia del cine y la moda. Juan Carlos Recio.

El momento del desfile es un elemento esencial de la mayoría de las películas ambientadas en el mundo de la alta costura. No es inusual que la narración de la película se suspenda durante unos momentos para mostrar un desfile en todo su esplendor. Los y las modelos posan y, a veces, describen las prendas que llevan antes de deambular sobre las pasarelas, la mayoría de las veces, rectilíneas. Las ficciones se han apoderado muy rápidamente de todos los elementos que lo rodean: los ensayos en el backstage, la prensa y el público, en especial, el que se sienta en las primeras filas, es decir, clientes, periodistas, fotógrafos y famosos.

Gaultier recrea esta situación y monta una pasarela en la exposición con varios vestidos y trajes icónicos de alta costura de Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, Manuel Pertegaz, Balenciaga y Sybilla, entre otros; rodeados de pantallas, música, focos e incluso un photocall, recreando una auténtica pasarela de moda y poniendo de manifiesto que, como el cine, el desfile de moda es un espectáculo por derecho propio.

Juan Carlos Recio

Writer & Blogger