En el corazón de la costa oriental asturiana, asoma Lastres, un pueblo pesquero que se aferra a la ladera de la montaña como si el tiempo se hubiera detenido. No es solo un conjunto de casas apiñadas que descienden en cascada hacia el Cantábrico, sino un lienzo vivo de la cultura marinera más auténtica. Aquí, las calles estrechas y empinadas, que parecen querer desembocar directamente en el mar, guardan historias de generaciones de pescadores, de redes lanzadas al amanecer y de la constante lucha y respeto por el océano. Sus gentes, de mirada franca y sonrisa sincera, son el alma de Lastres: hospitalarias, orgullosas de su legado y siempre dispuestas a compartir la riqueza de su tierra.

Un Sabor Inconfundible: Gastronomía de Lastres

La gastronomía de Lastres es, como no podía ser de otra manera, un homenaje al mar. Cada día, el puerto es testigo de la llegada de las lanchas, que traen a puerto el género más fresco. Los restaurantes del pueblo transforman esta materia prima en verdaderas delicias. Hablamos de pescados frescos del Cantábrico preparados de mil y una formas: a la plancha, al horno, en sabrosas parrilladas que invitan a compartir. El Pixín (rape) a la sidra, las llampares (lapas) al vapor o un buen plato de merluza a la cazuela son solo algunos ejemplos de la explosión de sabor que os espera. Cada bocado es un recordatorio de la riqueza marina que baña sus costas.

Pero en Lastres no todo es sal. Para los más golosos, para los «llanviones» como decimos en bable a los amantes del dulce, la repostería tradicional asturiana tiene un lugar privilegiado. No podéis marcharos sin probar el arroz con leche cremoso y quemado con azúcar, las casadielles rellenas de nuez y anís, o los fayuelos, esas deliciosas crepes finitas que se deshacen en la boca. Cada postre es un bocado de tradición, elaborado con el cariño y la sabiduría de antaño, perfecto para endulzar el paladar después de un buen festín marinero.

Un Encanto que Trasciende la Pantalla

Lastres es mucho más que un bonito pueblo de postal. Es un lugar donde la tradición se palpa en cada rincón, donde el olor a salitre se mezcla con el de la buena comida y donde sus habitantes te hacen sentir parte de su historia. Su encanto ha trascendido la televisión, inmortalizado en series que han capturado la esencia de sus calles y su gente. Visitar Lastres es sumergirse en una experiencia auténtica, una que te invita a disfrutar de su cultura, su gente y, por supuesto, de su increíble gastronomía, tanto la salada como la dulce. Es un rincón de Asturias que te abraza con su autenticidad y te deja con ganas de volver.