Con la explosión de color y aromas que trae la primavera y anticipa el estío, el Restaurante Dagma presenta su esperada nueva carta, una oda a la tradición mediterránea reimaginada con audaces pinceladas de vanguardia. Los chefs Pedro Montolio y David Bourg mantienen intacta la esencia que define su cocina: el respeto absoluto por el producto de temporada y la exaltación de los sabores de proximidad.

Esta temporada, la despensa de Dagma se viste de tonalidades vibrantes y texturas refrescantes. Frutas y hortalizas como la manzana crujiente, el aguacate cremoso, la endibia de sutil amargor, el tierno puerro, los espárragos de temporada, la dulce calabaza, la terrosa remolacha, la zanahoria recién cosechada y la jugosa cereza se erigen como protagonistas de una propuesta que invita a celebrar la vitalidad de la tierra.

La nueva sinfonía de sabores se despliega en diez tentadores entrantes, seis platos principales que evocan la brisa marina y el sol de la huerta, y cinco postres que endulzan el paladar con notas frescas y delicadas. Para aquellos que deseen una inmersión completa en la visión culinaria de Dagma, el menú degustación ofrece seis creaciones en formato reducido, con la opción de un maridaje cuidadosamente seleccionado por el sumiller Miquel Molina, un viaje líquido a través de cinco vinos que armonizan a la perfección con cada plato.

Entre los entrantes, las Croquetas de calabaza y queso de cabra abren el apetito con su cremosidad y contraste de sabores, mientras que el Carpaccio de salmón con remolacha, encurtidos y manzana ácida despliega una refrescante paleta de texturas y matices. El Canelón de verduras tibio con crema de aguacate y la Crema de almendras con tartar de gambas son ejemplos de la delicadeza y la técnica que caracterizan la cocina de Dagma.

En los platos principales, el Suquet de rape con almejas y algas al estilo Dagma evoca la esencia del Mediterráneo, mientras que el Calamar Yin Yang sorprende con su original presentación y sabor. Los amantes de la carne disfrutarán del Meloso de ossobuco con tuétano y cítricos o la Costilla de vaca a baja temperatura con romero y miel.

El dulce final llega con propuestas como la clásica Tatin de manzana con un toque especiado, el refrescante Melón-mojito, el etéreo Pastel de queso japonés con cerezas y azahar, y el goloso Brownie meloso con helado de nueces.

Restaurante Dagma se consolida así como un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia gastronómica que fusiona la autenticidad de la cocina mediterránea con la innovación de las técnicas contemporáneas, un festín de sabores para disfrutar de la primavera y el verano en su máxima expresión.