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ARANDA DE DUERO, COMIENZA LA CUENTA ATRÁS PARA EL LECHAZO ENTRE BODEGAS HISTÓRICAS Y SECRETOS SUBTERRÁNEOS

En el corazón de la prestigiosa Denominación de Origen Ribera del Duero, Aranda de Duero late con la fuerza del vino y la tradición castellana. A medida que mayo avanza, la capital ribereña comienza a calentar motores para uno de sus eventos más esperados, un reclamo para paladares exigentes que convierte a la ciudad en un destino irresistible. Queda apenas un mes para que el aroma inconfundible del lechazo asado impregne sus calles, anunciando el inicio de sus célebres Jornadas Gastronómicas.

Durante todo el mes de junio, Aranda se convierte en la capital indiscutible del lechazo asado en horno de leña. Las Jornadas Gastronómicas del Lechazo Asado, que este año celebrarán una nueva edición, invitan a locales y visitantes a degustar este manjar preparado con maestría por los asadores más reputados de la villa. Es la excusa perfecta para planificar una escapada y sumergirse en una experiencia gastronómica que rinde homenaje a uno de los pilares culinarios de Castilla y León. Pero Aranda es mucho más que lechazo. Su ubicación privilegiada la convierte en el epicentro perfecto para el turismo enológico. Aprovechando la visita durante junio, o en cualquier otra época, es casi obligado adentrarse en alguna de las numerosas bodegas de la Ribera del Duero que salpican sus alrededores. Desde bodegas familiares hasta vanguardistas diseños arquitectónicos, la oferta para conocer el proceso de elaboración, pasear entre viñedos y, por supuesto, catar sus afamados vinos tintos es extensa y de gran calidad. La combinación de lechazo y un buen Ribera es, sencillamente, imbatible.

Mientras se disfruta de la gastronomía y el vino, Aranda invita a pasear por su rico patrimonio histórico. Sus calles atesoran joyas arquitectónicas que narran siglos de historia. Imprescindible contemplar la imponente fachada gótica isabelina de la Iglesia de Santa María la Real, una auténtica maravilla tallada en piedra, o descubrir la robusta Iglesia de San Juan Bautista, testigo del histórico Concilio de Aranda en el siglo XV. Cada rincón del casco antiguo respira historia y tradición. Y bajo la superficie, Aranda esconde su secreto mejor guardado: una fascinante red de bodegas subterráneas medievales. Un laberinto de kilómetros de túneles excavados hace siglos bajo el casco histórico, especialmente denso en el entorno de la emblemática Plaza del Trigo y calles aledañas como Isilla o Cascajar. Estas galerías, que mantenían una temperatura y humedad constantes ideales para la conservación del vino, son hoy un testimonio único de la profunda cultura vitivinícola de la ciudad. Algunas de estas bodegas son visitables, ofreciendo un viaje en el tiempo inolvidable y una perspectiva diferente de Aranda.

Así, a las puertas de junio, Aranda de Duero se presenta como un destino completo: ideal para los amantes de la buena mesa con sus Jornadas del Lechazo, un paraíso para los enófilos con sus bodegas Ribera del Duero, un deleite para los interesados en la historia y una sorpresa para quienes descubren su mundo subterráneo. Un plan perfecto para una escapada con sabor y tradición.

Inés Alvarez

Writer & Blogger