No es casualidad que Dalí quedase prendado de la Costa Brava. Los paisajes, energía y costumbres quedan fielmente reflejados en la simbología surrealista de su obra, que hablaba de los sueños y la subconsciencia a menudo mezclada con la naturaleza de la región, dando lugar a paisajes marinos oníricos y figuras fantásticas emergiendo de las olas. De tantos municipios imprescindibles que visitar en esta región, quizá Begur es uno de los mejor preservados y que (más fielmente) conserva la esencia de esta tierra.
Precisamente a 600 metros de la playa de Sa Riera, una de las más bellas de la Costa Brava, y en medio de un paraje inigualable con jardines de hierba fresca y flores silvestres, se encuentra El Convent Hotel de Begur 1730. Un lugar cuyo nombre alude a la historia y a la época de su fundación, cuando los monjes de la orden de los Mínimos habitaron este lugar en el s. XVIII hasta que el terrero fue reconvertido en un proyecto de turismo sostenible hace poco más de una década.
Un total de 22 habitaciones y 3 suites ubicadas en las antiguas celdas del convento original y en cuyos muros todavía se pueden apreciar muchos de los vestigios que recuerdan la historia de los marineros italianos que sobrevivieron a una tormenta en el mar gracias a una encomienda a Santa Reparada, a quien posteriormente construyeron un altar en este lugar. Precisamente. la antigua capilla dedicada a esta virgen también se conserva, hoy reconvertida en uno de los espacios comunes de este hotel que ha sabido no solo conservar la estructura, sino también la esencia de un enclave mágico cargado de historia. Completan este exclusivo alojamiento una piscina exterior, rodeada de antiguos canales de agua, gimnasio, parking gratuito y recepción 24 horas.
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