En el número 117 de La Rambla encontramos desde hace más de 40 años La Poma. Su doble piso de vidrieras, que separa de manera tan evidente la marea de personas que continuamente suben y bajan por este reconocido paseo y la relajación de los comensales, no pasa desapercibido para nadie, tampoco durante estos más de ocho meses en los que no ha habido movimiento al otro lado del cristal. El restaurante tuvo que cerrar por primera vez en su historia a causa de la pandemia y ahora vuelve a abrir sus puertas.
La Poma mantiene un ambiente informal, cosmopolita y cálido. Sus mesas son el lugar ideal para descansar durante una jornada de compras por el centro de Barcelona, disfrutando de su cocina mediterránea abierta de manera ininterrumpida. Abierto todos los días, desde las 12h y hasta las 21h, podemos degustar tapas típicas, ensaladas o platos de pasta, carne y pizzas cocinadas en horno de leña. Todo ello con opciones a menú que incluyen postre y bebida.
Para su reapertura, y dado que estamos en pleno invierno, han incluido en su carta churros con chocolate. Una merienda a la que es imposible resistirse durante los fríos días de Navidad. Todo bajo estrictas medidas de seguridad e higiene que cumplen la normativa marcada por el Gobierno, además de la toma de temperatura a cada cliente en la entrada al local y la realización de test de antígenos semanal a su equipo humano. Así, el restaurante quiere continuar con su historia, contemplando desde sus grandes ventanales como la ciudad se recupera y vuelve a imperar el ajetreo que caracteriza a La Rambla.