El calor y la sequedad ambiental
Como mencionaba la experta anteriormente, el calor puede desequilibrar la hidratación de la piel, fundamental para que los vellos que se asientan en ella estiren todo lo posible su ciclo de vida. “Hay que añadir que la sequedad ambiental puede hacer este efecto, sobre todo para los que pasan el verano en lugares más secos, como Madrid o Sevilla, por ejemplo.”
El sol
La exposición al sol es ampliamente conocida como uno de los focos de enfermedades ligadas a una alteración en el ADN celular de la piel a consecuencia de la radiación UV, que puede producir quemaduras o causar radicales libres, principales agentes del envejecimiento. “Una exposición prolongada sin SPF afectará a la piel del contorno de los ojos, más fina y sensible, y por ello a la salud de las pestañas.” Para evitarlo, hay que tener especial cuidado en, también, aplicar pantalla solar sobre esta zona, con cuidado de que no llegue a entrar en los ojos.
Mayor contacto mano-ojo
“Seguimos en época de alergias y, además, hay mayor contacto mano-ojo por la continua aplicación de cremas solares, lo que puede acelerar que una pestaña que ya este en fase telógena caiga más rápidamente.” Será recomendable usar los productos con más suavidad y llevar accesorios, como las gafas de sol, que no solo protegerán del sol, también de sustancias como el polen, reduciendo así las oportunidades de contacto.
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